EL SHIATSU COMO TÉCNICA ALTERNATIVA EN 60 MINUTOS

Lo que hoy conocemos como Medicina Tradicional China tiene básicamente su punto de partida en esa filosofía orientada a preservar la salud basándose en la comprensión y armonización de la energía universal, dentro de este marco conceptual posteriormente se desarrollaron distintos métodos curativos, todos orientados directamente a mejorar la salud buscando el equilibrio en el intercambio del fluir de esta fuerza y nuestro cuerpo.

Así nacieron artes como la Acupuntura, el Tui-Na, la Moxibustión y prácticas que hoy son más familiares para nuestra cultura, como por ejemplo el Tai-Chi, todas ellas, junto con los remedios basados en hierbas constituyeron, y en muchos casos son todavía, los principales métodos curativos utilizados en China por siglos.

En los primeros siglos de nuestra era y a través del intercambio cultural, monjes japoneses estudiantes del Budismo en China observaron estos métodos curativos y los llevaron a su país natal al regresar, como allí la práctica de la medicina consistía básicamente en diagnóstico, tratamientos en base a hierbas y prácticas similares a los masajes, los japoneses adoptaron rápidamente estas ideas. Luego, con el correr del tiempo, fueron agregando puntos de vista propios que adquirieron una identidad definida y dieron origen, por ejemplo, a métodos terapéuticos japoneses basados en la prescripción de hierbas como el Kanpo. Durante el siglo XIX y con el avance de la moderna medicina occidental, muchos de estos conocimientos tradicionales fueron olvidados y relegados al folklore, sin embargo, a principios del siglo XX vuelven a ser recuperados y revalorizados por los estudiosos que buscaban y propiciaban una vuelta a las fuentes de las antiguas formas curativas naturales.

Así entonces, parte de esas técnicas manipulativas originales e ideas filosóficas fueron sistematizados bajo el nombre genérico de Shiatsu. La primera referencia moderna que tenemos llega a través de un maestro llamado Tamai Tempaku, quien en 1919 publica un libro llamado ‘Shiatsu Ho’ en donde se combinan conocimientos tradicionales de Anma, Ampuku y Do-In junto con anatomía y fisiología Occidentales.

A mediados de siglo, el Shiatsu volvió a despertar gran interés y se difundió a través de dos corrientes o estilos principales: la del Maestro Tokujiro Namikoshi y la del Maestro Shizuto Masunaga. Mientras que la primera hace mayor hincapié en las técnicas de digitopresión y toma muchas referencias de la Anatomía Occidental para ubicar los puntos energéticos, la concepción de Masunaga devuelve al Shiatsu a sus raíces al volver a tomar como base los meridianos y la Teoría de las Cinco Transformaciones de la Medicina Tradicional China, agregándole técnicas tradicionales como el diagnóstico abdominal o de Hara y nuevos conceptos como los de estados kyo y jitsu aplicados a la descripción de la calidad energética de los meridianos. Además, siendo Masunaga estudiante de Psicología Occidental y estudioso de los antiguos textos médicos chinos, su visión unifica los aspectos físicos, espirituales, psicológicos y emocionales del individuo.

De esta concepción global surge el Zen Shiatsu como método de armonización energética y de meditación en movimiento, en el que además del aprendizaje de la técnica se intenta también capturar y cultivar la esencia del shoshin o Mente de Principiante. Esta idea, propia del Budismo Zen, implica para el terapeuta el mantener una actitud permanente de sencillez y falta de preconceptos hacia el otro, buscando un estado mental meditativo que permita conectarse y volverse uno con el universo y con el paciente.

Desde el año 1955, el Shiatsu ha sido reconocido por el Ministerio de Salud y Bienestar Social de Japón como una forma de terapia individual y ha sido incorporado como práctica al sistema de salud de ese país, su técnica ha sido definida de la siguiente manera: La terapia Shiatsu es una forma de manipulación administrada con los pulgares, dedos y palmas de las manos, sin la utilización de instrumentos mecánicos o similares, para aplicar presión sobre la piel humana, corregir disfunciones internas, promover y mantener la salud y tratar enfermedades específicas. En años posteriores surgieron algunas otras corrientes o variaciones derivadas de estas escuelas originales, como por ejemplo el Barefoot Shiatsu o Shiatsu Macrobiótico de la Maestra Shizuko Yamamoto, el Tao Shiatsu del Maestro Ryokyu Endo o el Ohashiatsu del Maestro Wataru Ohashi.

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Asimismo, recientemente se han hecho adaptaciones de algunas de las técnicas del Shiatsu para trabajos en el agua, como por ejemplo el Watsu o el Jahara, a su vez es una forma de sanación natural, cuyo origen se remota a los más antiguos métodos de sanación conocidos por la humanidad, su base teórica es la milenaria medicina china y su práctica se desarrolló principalmente en los países del extremo oriente. En Japón el shiatsu coexiste oficialmente con la medicina occidental, y el público en general lo elige como terapia preventiva y complementaria, existe dos escuelas o líneas principales dentro del shiatsu en Japón: la escuela de Masunaga, llamada también Zen Shiatsu, cuyas enseñanzas hacen hincapié en el vínculo entre shiatsu y espiritualidad, y la escuela de Namikoshi, más cercano a lo que se denomina también digito puntura. El shiatsu actúa sobre el movimiento de la energía conocida con el nombre de «KI» o «CHI»; esta energía circula en el cuerpo por trayectos definidos: los meridianos.

El Shiatsu hunde sus raíces en el masaje de Anma, masaje de origen chino que luego pasa al Japón alcanzando gran popularidad entre 1600 y 1876, luego de la apertura del Japón a occidente (segunda mitad del siglo XIX), el masaje de Anma fue siendo reemplazado por el masaje occidental. De esta manera en la época del gobierno de Meiji (1867-1911) el Japón comienza a recibir influencias extranjeras y es así como la medicina antigua fue reemplazada por la medicina occidental. En 1901 el Parlamento Japonés sanciona leyes que regulaban estas actividades permitiéndose ejercer sólo a los poseedores de títulos oficiales.

Durante este período ingresan al Japón numerosas técnicas europeas, como por ejemplo la osteopatía, que influyeron notablemente en la formación de lo que es hoy el Shiatsu.

Hacia 1930 había entonces más de 300 técnicas que se crearon en forma clandestina, y por este motivo el gobierno japonés tuvo que volver a reglamentar estas prácticas. El Shiatsu era una de estas técnicas que fue adquiriendo cada vez más importancia y destacándose sobre las demás.

En 1945, después de la segunda guerra mundial, el Shiatsu fue la única de todas estas terapias reconocidas oficialmente junto con la acupuntura y el Anma.

En 1955 el Shiatsu comienza a difundirse en Europa.

4.3.2 Definición del shiatsu.

El ministerio de Sanidad Japonés define el Shiatsu del siguiente modo:

«Tratamiento que aplicando presiones con los dedos pulgares y las palmas de las manos sobre determinados puntos corrige irregularidades, mantiene y mejora la salud, contribuye a aliviar diversas enfermedades (molestias, dolores musculares, estrés, trastornos nerviosos, etc.), activando así mismo la capacidad de autocuración del cuerpo humano. No tiene efectos secundarios.»

El Shiatsu de Shi (dedo) y atsu (presión) es un método de masaje por presión que combate el desequilibrio del cuerpo y el espíritu, es una técnica de aplicación de la medicina tradicional china y sigue los mismos principios de energía y de meridianos que la acupresión, el potencial terapéutico del Shiatsu fue redescubierto en Japón a principios del siglo XIX y fue precisamente un japonés de nombre Tamai Tempaku quien elaboró la técnica actual del Shiatsu al combinar las técnicas tradicionales y los conocimientos fisiológicos y anatómicos de la medicina occidental.

Su principio de base es la noción de la energía vital (Qui en chino o Ki en japonés), esta energía circula en el cuerpo por medio de meridianos o canales de energía y en los cuales se puede actuar sobre puntos precisos, (punto de acupuntura o Tsubo) para desbloquear el flujo de energía o mejorarlo si está débil, el objetivo del Shiatsu es de re-equilibrar el flujo de energía vital en nuestro cuerpo y así calmar muchos males.

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El practicante de ésta «digito presión» intuitiva hace primero un diagnóstico o Hara para identificar de la punta de los dedos los circuitos «vacíos» de su energía a causa de ciertas afecciones, este diagnóstico comienza siempre por el abdomen, después realiza una presión adecuada sobre los diferentes puntos a controlar para recargar la energía faltante de los meridianos, esta técnica terapéutica varía, ciertos practicantes de Shiatsu trabajan los Tsubos o puntos específicos, como en la acupresión china o Shen-tao, otros utilizan masajes generales para estimular los meridianos.

El Shiatsu sirve para reintegrar la vitalidad del cuerpo, ayuda a regular el sistema hormonal, la circulación sanguínea y del líquido linfático, para eliminar desechos y disminuir la tensión muscular. Permite también disminuir el estrés, el insomnio y consolida las capacidades de auto-sanación.

Una variante del Shiatsu y que se practica en autotratamiento es el Do in o Daoyin, que al origen es un método para mantenerse en buena forma física un poco como el yoga, los diferentes ejercicios pueden mejorar el flujo de Ki, principalmente el control de la respiración, la meditación, los estiramientos, los masajes y las presiones de ciertas zonas.

La medicina académica creada en la cultura occidental y la medicina oriental se basan ambas en la misma ciencia; el conocimiento del Universo y las leyes por las que se rige, entonces, ¿cómo es que la diferencia entre ambas medicinas es tan abismal? al usar como herramientas el método científico y la estadística, tratando de establecer con estos sistemas principios generales de aplicación universal recogidos en la Nosología y cuyos resultados se denominan más comúnmente «patologías», de la acumulación de datos de historias clínicas de evolución similar se obtiene información sobre las terapias que más éxito han tenido en el tratamiento de cada patología y de esta manera se pone a disposición del especialista un amplio arsenal de tratamientos farmacológicos y clínicos basados en la experimentación científica.

De esta manera la medicina académica occidental trata de clasificar el estado que presenta el paciente dentro de alguna de las patologías conocidas mediante el estudio de variables impersonales como los niveles de determinadas sustancias en la sangre, la edad o el género, a la vez que estudia las posibles lesiones en los tejidos del organismo mediante pruebas con elementos radioactivos (radiografías), campos magnéticos (escáner), ultrasonidos… para aplicar el tratamiento más apropiado a la patología del paciente, cambiando éste solamente en dosificación según las características personales.

La medicina natural oriental, por el contrario, no cree en las patologías, no reconoce el valor de la Nosología ni de la estadística, no considera que existan enfermedades ni cuadros de síntomas, no valora excesivamente los parámetros químicos del cuerpo, sino que más bien trata de entender a la persona en su conjunto, de manera personal y exclusiva, incluyendo en el estudio el cuerpo, la mente, el espíritu, el entorno, el trabajo, la familia, la estación del año, el clima local y muchos otros parámetros que configuran un determinado estado para una persona concreta, en el momento y lugar de la terapia y que puede cambiar en diferentes sesiones de tratamiento.

De este modo, el tratamiento no puede establecerse de antemano, no existen fórmulas preconcebidas de tratamiento (salvo como ayuda para los estudiantes que aún no tienen demasiada experiencia profesional), no se trata de buscar en el paciente los síntomas de una supuesta enfermedad, sino que en cada ocasión se realiza un tratamiento diferente en función del estado que presenta la persona en ese momento, incluso desarrollándolo y cambiándolo a medida que las reacciones al contacto con el paciente nos proporcionan una información de lo que está ocurriendo en ese momento en su ser. Así, el terapeuta de Shiatsu no sabe nunca de antemano cuál de las técnicas va a emplear en un paciente hasta el mismo momento en que lo hace, pues su terapia responde a los cambios que se están produciendo en el paciente mientras se desarrolla la sesión.

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Una vez explicada esta crucial diferencia se comprenden con más facilidad algunos obstáculos en la comunicación y comprensión entre ambas medicinas, como son:

La imposibilidad de someter la terapia natural oriental al método científico con los ensayos a doble cero.

La dificultad de aplicar un seguimiento estadístico a las terapias (Si cada terapia es diferente y las estadísticas requieren grandes muestras para tener algún valor, nunca conseguiremos un universo estadístico suficiente)

La dificultad de valorar de antemano el número de sesiones que necesita un paciente.

Características del shiatsu

Diagnostico inmediato: se realiza este con los dedos y las manos

  • No se utilizan medicamentos
  • No produce sensación desagradable
  • Aplicable a cualquier edad
  • Regeneran las células de la piel.

4.3.4 Acciones del shiatsu

  • Vigoriza la piel
  • Mejora la circulación de los fluidos vitales
  • Favorece la elasticidad muscular
  • Corrige deformidades del esqueleto
  • Mejora la armonía del sistema nervioso
  • Regula las funciones de las glándulas endocrinas
  • Estimula el normal funcionamiento de órganos internos

4.3.5 Requisitos

  • Manos limpias
  • Uña cortas
  • Posición cómoda

4.3.6 Efectos del shiatsu.

Todos los seres humanos instintivamente colocamos nuestras manos sobre alguna zona del cuerpo dolorida o alguna zona de disconfort, esta actitud inherente a todos es utilizada en el Zen-Shiatsu. Las relaciones humanas básicas son de contacto físico, por ejemplo entre la madre y su hijo, entre amantes, entre amistades, etc, en nuestras sociedades modernas, con nuestro tipo de vida cargado de tensiones, esta forma de relación se ve permanentemente amenazada, estas tensiones pueden ser transportadas desde y hacia la piel y órganos más profundos produciendo más trastornos, en el tratamiento con Zen-Shiatsu, por intermedio de las presiones que se efectúan sobre la piel, se libera al cuerpo de dichas tensiones tanto en la superficie corporal como en su interior (los órganos) mejorando su funcionamiento y aumentando la vitalidad.

Sus objetivos son:

  • Conservar y mejorar la salud
  • Eliminar toda clase de fatiga
  • Devolver al cuerpo su flexibilidad y elasticidad
  • Tratar enfermedades restableciendo un equilibrio

Sus efectos generales son:

  • Mejora la circulación general y en especial la circulación capilar, cuando se presionan los capilares éstos se colapsan, y al liberarse esta presión la sangre irrumpe produciendo un efecto de lavado de la zona
  • Mejora la circulación linfática y el retorno de sangre venosa al corazón
  • Corrige y alinea el esqueleto actuando sobre músculos, ligamentos y tendones
  • Alivio general de todo tipo de dolor inespecífico
  • Equilibra al sistema nervioso autónomo
  • Aumenta y mejora las funciones generales del organismo (funciones digestivas, respiratorias, eliminatorias, sexuales)
  • Aumenta la resistencia a enfermedades
  • Activa el sistema inmune, aumenta el nivel de linfocitos T asesinos, que juegan un rol fundamental en el cáncer y el SIDA, este estimulo de presiones es captado por los receptores de presión y movimiento que tenemos en la piel, estos mandan señales al sistema inmune que a través de las vías nerviosas llegaran a los ganglios linfáticos, bazo, timo y médula ósea que se encargarán de regular la respuesta inmune
  • Es una terapia relajante en general que coloca al cuerpo en un estado meditativo, lo que induce a una sensación de bienestar y confort que es duradera
  • Eleva los niveles de Serotonina y Dopamina, neurotransmisores del «bienestar», de manera que mejora los estados depresivos
  • Reduce los niveles de cortisol en sangre periférica, este se libera en situaciones de stress
  • El Zen-Shiatsu se efectúa totalmente vestido, aunque con ropas cómodas y ligeras, es necesario quitarse cinturones, anillos, collares, relojes u otros elementos de metal, debe hacerse sobre una superficie más o menos dura, con un futon o colchoneta, preferentemente de algodón, no tiene contraindicaciones, sólo deberá efectuarse con cuidado en personas con fiebre alta, osteoporosis, várices o infecciones de la piel, pero aun en estos casos, si el terapeuta es avezado.